Los años de bonanza terminaron. La alegría del sector plástico se tornó preocupación. Y la conciencia social en la lucha contra el plástico por fin pesó sobre nuestros actos. Así es, la cuenta atrás comenzó para el plástico.
Los propios supermercados se han encargado de encender todas las alarmas contra el plástico precisamente por hacer un uso abusivo del mismo. Plásticos para el envase de la carne, del pescado, de las frutas y verduras, plásticos para las bebidas, y bolsas de plástico para llevarse la compra entera.
Eroski, Aldi y Mercadona lideran, según Greenpeace, la retirada de plásticos de sus establecimientos, mientras que Alcampo, Carrefour y El Corte Inglés hacen oídos sordos y niegan la mayor. Bolsas de papel y material reciclado, envases biodegradables o la venta a granel son las propuestas más comunes, pero casi testimoniales. La apuesta por el cambio debe ser fuerte y efectiva. Y nuestro papel como consumidor final es determinante.
Podemos participar en un “Plastic Attack”, una acción de calle reivindicativa, pacífica, que básicamente consiste en reunirse a las puertas de un supermercado para pedirles a los consumidores que les dejen todos los envases plásticos que han comprado para terminar devolviéndoselos al supermercado reclamando productos sin plástico. No sé si ciertamente útil. O bien, predicar con el ejemplo y tomar medidas verdaderamente efectivas como comprar productos a granel, utilizar bolsas reutilizables, o frecuentar comercios más comprometidos con la causa. El “no consumo” es la medida de castigo que mejor entienden las grandes superficies.
El cambio es posible y la cadena holandesa Ekoplaza es la viva muestra de ello. Tras doce meses de colaboración con la organización “A Plastic Planet”, inauguró, a principios del 2018, en su tienda de Amsterdam, el primer pasillo libre de plásticos, en el que ofrecían más de 700 productos, como carnes, lácteos, cereales y vegetales entre otros, envasados en biomateriales compostables. Toda una declaración de intenciones a la que se han ido uniendo otras cadenas europeas como la británica Iceland.
La responsabilidad está en el tejado de los supermercados, pero con ello no la obligación. De ahí que nuestros líderes políticos hayan empezado a tomar cartas en el asunto. El Parlamento Europeo ha aprobado la prohibición de los plásticos de un solo uso a partir de 2021 y ha alcanzado un acuerdo contra la contaminación marina por plásticos y microplásticos que entrará en vigor en 2030. La intención es buena, pero debe ser mejor y más rápida.
El verdadero cambio reside en todos y cada uno de nosotros. El tema es de actualidad, la conciencia crece a buen ritmo y sólo queda apartar definitivamente el plástico de nuestra rutina diaria. Sin grandes esfuerzos. Sin grandes dramas. Pequeños gestos son más que suficientes. Y desde BeeOneMore queremos tener un pequeño gesto. Lanzamos el “PROYECTO PILOTO: 100 Bolsas BeeOneMore” con el que poder financiar 100 bolsas de tela para repartirlas a las puertas del supermercado menos comprometido de España, El Corte Inglés. 100 Bolsas que sustituirán a otras tantas de plástico y darán a conocer el proyecto BeeOneMore. El alcance de este proyecto, como el del resto de proyectos, dependerá exclusivamente de nuestro interés, de nuestros clics. Recuerda que puedes votar todos los proyectos una vez al día y sentir realmente que con un simple clic todo es posible. ¡Acabemos con el plástico!